Las Notas del Quim
Por Quim Sarriá
Estamos en los estertores del 2015, un año
extraordinariamente raro en algunos aspectos, no tanto en otros y sin estar
dentro de la normalidad en muchos.
Llevo algunos días fuera de mi residencia, viajando por la
tierra que me acogió hace ya la friolera de cincuenta y pico de años y donde me
hice ‘profeta’ sin haberlo sido. Ignoro si me entienden.
Tras las elecciones del pasado 20D, el panorama político del
país se va pareciendo cada vez más a un cuadro pintado por Tàpies o a la ya demasiado
cocinada escena de un hombre portando una quijada de asno y dirigiéndose a otro
hombre con afán de asestarle una fuerte zasca.
Los 119 diputados del PP están sudando la gota gorda, y no
por la anómala actitud de la meteorología, en espera de ver de nuevo a su
gallego en la poltrona de la Moncloa.
¿He escrito 119 y no 123?, es claro que los cuatro diputados
faltantes no son peperos y no formarán parte del grupo parlamentario. Irán al
mixto.
Esto me hace creer que habrá nuevas elecciones porque el
cariz que está tomando el asunto de los socialistas así lo hace ver.
Es increíble que a estas alturas de la política estén
enzarzados, los socialistas, en una batalla interna con más trazas cainitas que
de verdadera democracia.
Abiertamente los llamados barones socialistas van a por
Pedro Sánchez, y eso que advertí antes de las elecciones que Sánchez era un
personaje no apto para liderar un partido histórico por mucho que se le pintara
como auténtico socialista.
Pero estos barones están metiendo más cizaña aún, embadurnando
la quijada del asno con curare.
Si Pedro Sánchez fue elegido en primarias como secretario
general del PSCE -no me equivoco, la C con la que he sustituido a la O
significa en el conjunto de siglas: Partido Socialista Capitalista Español
porque es en lo que se ha convertido
actualmente y no es Obrero para nada- todos los demás miembros del Comité
Federal deben aceptarlo hasta que se resuelva el tema de la gobernabilidad del
país.
Si se celebran nuevas elecciones, ya habrá tiempo de cambiarlo
pero no antes porque están dando, los socialistas, un espectáculo tan negativo
como el que ocurrió durante las elecciones autonómicas en la Comunidad de
Madrid.
Que se celebren nuevas elecciones y que Ciudadanos vuelva al
redil autonómico, dando de paso oportunidad a Podemos de ampliar el número de
diputados, porque el partido de Albert Rivera carece de amplitud de miras
políticas y le falta demasiada estructura estatal aunque presenten gente guapa
y pija a más no poder. Carecen del necesario poder de seducción con sus
propuestas, que son semejantes a las de la antigua y desaparecida CEDA en su
tiempo.
Las luchas internas no son aconsejables, menos en estos
momentos de incertidumbre política, cuando aún queda por pactar acuerdos, que
por otro lado serían bastante raros, con los que dar oportunidad a que alguien
presida este Gobierno aunque no se ponga la banda española de la homogeneidad y
sí la del arco iris por la diversidad de partidos.
Que decidan lo contrario a lo que han estado manifestando en
las campañas electorales nos demostrará la falsedad de nuestros políticos y el
engaño que han hecho a sus votantes. Más seriedad es lo que pedimos.
En fin, la vida sigue y yo también, preocupándome cada vez menos
la situación política del país.
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