miércoles, 24 de julio de 2013

MALIK IBN BENAISA

Soy un curioso de todas las teologías, no un experto, y me gusta profundizar en el tema.
Me ha sorprendido la postura del estudioso del Corán, Malik Ibn Benaisa, con la exposición de su propia interpretación del libro sagrado de los musulmanes.

Creo, Ibn Benaisa, que te estás pasando a marchas forzadas al radicalismo absoluto.
Obvio es que no existe ningún Corán escrito por Mahoma o por quién se tercie como divinidad divina.
El Islam es otra religión, otra más, que se basa en la tradición oral de padres a hijos y por eso mismo lo que al principio es blanco ahora es negro.
Así que, según tú Ibn Benaisa, las mujeres que se perfuman son fornicadoras… ¡hombre! entonces las mujeres de tu propio profeta, Mahoma, están en el ajo.
Los árabes supieron asimilar y perfeccionar mejor que nadie los conocimientos de la cultura de los perfumes.
Utilizando alambiques para destilar alcohol como soporte de las esencias, elaboraron refinados perfumes como el almizcle, la algalia y el agua de rosas, por nombrar los más amados y requeridos en toda la Edad Media.
Mahoma, como todo buen árabe, amaba los perfumes y el mismo Corán promete a los fieles de corazón un paraíso perfumado y bellas hurís de ojos negros, hechas del más puro de los almizcles...
Veo que razonas con una especie de maldad retórica, muy común en los seres de tu especie, al afirmar que dices tus cosas como un consejo, o sea aconsejar a tu gente, ya que imponer no forma parte del Islam… primer fallo tuyo, Ibn Benaisa, por tratarse de imposiciones del hombre, a través del Corán, y no de Alá. Que yo sepa, el Islam impone mucho, muchísimo y aconseja poco, poquísimo.
Si tú dices que Alá os deja claro que no existe coacción en la religión… esta sí existe en vosotros los dirigentes musulmanes.
Coaccionáis con amenazas (Salman Rushdie como ejemplo); violáis a las mujeres y encima la acusáis condenándolas a morir; obligáis a hacer cosas que nada tiene relacionado en el Corán… no sigo porque sería una lista interminable de contradicciones puras y duras.
Mantienes, Ibn Benaisa, el criterio de que las musulmanas siguen el ejemplo de las monjas cristianas… ¡¡hijo, pero si las monjas no representan a todas las mujeres cristianas!!. Las monjas pertenecen a un cuerpo técnico de la Iglesia y no es posible compararlas como haces.
Esa afirmación tuya quiere decir que vosotros los musulmanes consideráis a vuestras mujeres poco menos que monjas, todas.
Para cerrar esta lista de estrafalarias afirmaciones por tu parte, Ibn Benaisa,  te diré que el Islam nunca puede aconsejar a las mujeres musulmanas a no usar el tacón de aguja porque desde los tiempos de Mahoma no existían tales tacones de agujas.
Tú mismo dices que abogas por apartarte de los extremismos, sin embargo eres más extremista que ningún otro al afirmar que no lo dices tú, el embrollo total, sino el profeta Mahoma, cuando en realidad son imposiciones del hombre
Que conste que no insulto al Islam de ninguna manera, eres tú el que lo insultas con esas atrocidades textuales con las que afirmas esas aberraciones inexistentes y esas coacciones insostenibles.
Espero que me contestes a esta única pregunta:
¿Qué os ha hecho, las mujeres, a vosotros los musulmanes para que la tratéis de ese modo tan denigrante, deprimente y maltratador, marginándolas totalmente?

domingo, 21 de julio de 2013

SEGUIR EN LA ARENA

Las Notas del Quim – Escritos durante el camino

Por Quim Sarriá

Sea el tiempo que sea, suelo recorrer el largo paseo marítimo de Fuengirola, que comprende las playas de Santa Amalia, de Fuengirola, de San Francisco, de Los Boliches, de Las Gaviotas, y que se prolonga pasando las playas de Torreblanca y de Carvajal.

Este paseo marítimo se denomina Paseo Marítimo Rey de España, a lo largo de su recorrido, y solo es interrumpido por el puerto deportivo. Supongo que medirá sus buenos 7 kms, suposición efectuada sin rigor.
Estos paseos configuran un buen tónico para el cuerpo humano, aunque me deje las piernas maltrechas, además me ofrece la oportunidad de ‘tropezar’ con casi toda la representación de la humanidad del mundo mundial.
Algún que otro extraterrestre diviso entre la multitud, entendiéndose como extraterrestres aquellos que lucen estrafalarios abalorios, ‘looks’ y vestimentas.
Suelo quedarme un rato parado admirando las ‘esculturas’ de arena en diversos puntos a lo largo del recorrido. Suelen ser gente del contexto ‘hippy’ de otros tiempos y tienen un patrón común: en trapos extendidos solicitan limosnas por hacer la foto o por la voluntad.
De todas las ‘esculturas’ arenosas destaco, con mucho, una especie de fortaleza con sus chimeneas, fuegos y demás. A determinada hora de la noche suele reventar, la mencionada ‘escultura’, petardos en un remedo de luz y sonido de la Esfinge egipcia.
No puedo negar el talento artístico de esta comunidad de ‘escultores’ hippies agarrados a sus canutos de “chocolate” y espatarrados en un rincón de arena cercano a su ‘obra’.
De pronto, en la zona donde se encuentra ubicada la ‘estación’ del minitren turístico, con ruedas neumáticas, un órdago de subsaharianos llama la atención.
Son manteros pillados por la policía local que, sin apearse del coche, les conmina a disolverse.
No esperan a que les repitan la orden y se alejan con sus mantas que esconden un pequeño almacén de objetos inútiles, de gafas de sol ‘piratas’, de relojes más falsos que la supuesta sábana de Turín y pare Vd. de contar.
Suelo descansar un poco en la plaza de Teresa Zabell, al borde del puerto deportivo, y me llama la atención un vendedor callejero de fruta natural.
Con un cesto igual al que dibujan en los cuentos de Caperucita Roja, trata de vender cerezas, fresas, peras, etc. que, aunque algunas estén fuera de temporada, están ahí y sufren los rigores de Helios y eso me deja perplejo.
Me deja perplejo que trate de vender esa fruta sobrecalentada en la playa.
Ignoro si no será un formidable criadero de gérmenes.
Un poco más a la izquierda, en el rincón donde la arena ve interrumpida su expansión playera por el paramento de rocas del puerto, una pareja de señoras entradas en años se disponen a meterse en el agua, dejando huérfanos a sendos bolsos enormes bajo la sombra de un pequeño parasol.
Un rapaz, que se estaba tostando al sol unos metros detrás del parasol de las dos señoras, se levanta presuroso y se sienta a escasos centímetros de los dos grandes bolsos.
Previa mirada previsora hacía el mar donde se bañan las dos señoras, agarra rápidamente los dos bolsos y se pira, con la velocidad del rayo, dirección al paseo marítimo ante la impávida mirada de los vecinos playeros.

No puedo hacer nada ante tan rápida escenificación de un hurto salvo comentarlo a un paseante cercano que se encoge de hombros.
En fin, la vida sigue y yo también.

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EL CÁNCER, ESE BICHO

Las Notas del Quim

Por Quim Sarriá

Fuengirola está espléndida, sus playas concurridas y el cielo tranquilo.
Una noticia, que no me extraña en absoluto, revuelve los cimientos que sustentan el cuerpo técnico del F. C. Barcelona: Tito Vilanova abandona.
El presidente del Barça lo anunció. La incompatibilidad de un severo tratamiento contra el cáncer con la profesión de entrenador es obvia.
La valentía de Tito a tocado innumerables fibras sensibles y eso le hace merecedor de nuestro reconocimiento a su labor, esforzada y aguantando el tipo.
El ataque mediático de Guardiola no tiene nada que ver con este asunto, aunque los maledicentes se empeñen que los tiros salen de ahí.
Por experiencia sé que es muy duro mantener un tren de vida que consume mucho, tanto en lo intelectual como en lo físico, y que no da rienda suelta al deseo de mantenerse en lo que se hace, en el caso de Tito la dirección del equipo técnico y del deportivo.
Ya quisiera yo tener esas ganas que tiene Tito de trabajar, llevo un tiempo que no me dedico a escribir mis Notas en la prensa.
Te deseo mucha suerte, Tito, a pesar de que el cáncer se resista las grandes victorias vienen después de los más duros partidos y el tuyo, como el mío, es un duro y gran partido que confiamos ganar. No nos desgastemos inútilmente, lo primero es lo primero.
Este partido lo hemos de ganar, sí o sí.
Otro cáncer, también más vigente y no menos prioritario, es el que conforma nuestros políticos.
Un cáncer que corroe la democracia lentamente, como el mío, con escándalos que van y vienen como Pedro por su casa.
Que si Rajoy, que si Cospedal, que si… ¡Vamos!, todos están dando imágenes de sinvergüenzas y así quedará la marca España ahora y para siempre.
De verdad que no entiendo la postura del presidente del Gobierno.
Por lógica y para acallar o tranquilizar todo el batiburrillo, debería hacer acto de presencia y declarar que es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Cosa que no ocurre para la mayoría de los ciudadanos sin poder adquisitivo ni ejecutivo, que aunque se declaren inocentes posan su culo en los fríos suelos de las celdas.
Por favor, Mariano Rajoy, nuestro país no es tuyo y por esa sencilla alusión, no puedes hacer lo que te venga en ganas. Sé hombre y planta cara ante todos los ciudadanos.
Demuéstranos que eres un responsable presidente de Gobierno y da la cara, hombre, que pareces una comadreja que solo sale cuando hay comida.
En cuanto a Dolores Cospedal, ya anda por la cuerda floja de la sinrazón desde que empezó el trabalenguas de los finiquitos diferidos.
Que la Justicia es igual para todos es un camelo.
Si la Justicia fuera igual para todos ya se habría extirpado este cáncer hace tiempo comenzando, desde luego, con la descalificación del PP como partido por incumplir sus promesas electorales y por eso, sólo por eso, debería ser declarado culpable por falsedad documental pública.
Esta Justicia, capaz de meter en la cárcel a personas sin haber celebrado juicios previos no es tal Justicia… para condenar a uno ha de demostrar que es merecedor de esa condena y entonces enchironarlo, nunca antes.
No se puede condenar de antemano, ni siquiera embargar sus bienes sin haber demostrado que ha cometido delito alguno.

Lo demás son gaitas al viento.

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miércoles, 17 de julio de 2013

LA VIDA SIGUE SU CURSO

Por Quim Sarriá

Los energúmenos ladridos del perro de la vecina, en nuestra planta somos dos, me despierta sobresaltado.

Mi hijo pequeño también se despierta aunque en su caso los ladridos le han truncado la pesadilla que tenía, según sus propias palabras, de que se habían escapado los monos del cercano Zoo y le estaban arrancando la cabellera.
Demasiadas series de dibujos animados con truculentas historias inverosímiles y fuera de lugar para la edad de los peques.
No puedo hacer nada para evitar que mi hijo siga viendo la tele so pena de que caiga en una profunda depresión.
Hoy la ciudad rezuma de calor, unos 28 grados a la sombra, con sus calles calientes y coches aparcados puestos a asar.
Se pueden freír un par de huevos en los capós, en cualquiera de los capós del cualquiera de los vehículos aparcados en todas las aceras de la población. Quiero matizar: a la vera de las aceras, no encima de ellas.
Escribo estas líneas desde el Hogar del Pensionista de Fuengirola que es un bellísimo edificio de corte andaluz, con extenso patio interior incluido, y cuya iluminación es totalmente natural, o sea directa del Sol.
A esta hora del día solo hay nueve personas y una niña de cortísima edad. Casi la mayoría de los pensionistas están en cualquiera de las cinco playas con que cuenta el litoral mediterráneo de la ciudad, aunque a algunos les ha dado por hacer la maratón por el larguísimo paseo marítimo.
Con este sol no me sorprendería que a alguno le diera un ‘patatús’. Personalmente opino que la mejor hora para desfogarse corriendo al trote es la del comienzo del amanecer. O sea las 7 de la mañana.
A mí me cuesta, realmente levantarme a esa hora.
Después de 43 años haciéndolo cualquiera es el guapo que me despierta tan temprano, salvo el maldito perro de la vecina que lo hace cotidianamente.
Me he quejado, no lo crean, pero la respuesta es que le ponga yo mismo una mordaza al can. Un can de casi 50 kilos de peso… así cualquiera lo hace callar, como no sea pegándole un tiro.
Si quisiera iría a la playa, a cualquiera de las cinco playas, pero las encuentro más llenas que el Metro de Madrid en hora punta, el de Barcelona es más espacioso.
Aquí como en Catalunya, los inmigrantes recorren las largas playas con un ojo puesto en el posible cliente o clienta y el otro mirando más allá de las balaustradas por si viene la policía local.
He sido testigo de diversas estampidas cuando aparecen los policías locales, los antiguos urbanos, con el resultado que muchos han tenido que tirar sus bocadillos del mediodía al encontrarlos llenos de arena.
Arena que vuela al compás del golpeteo de los pies de los inmigrantes ‘manteros’, todo un espectáculo.
Hay que ver con qué rapidez recogen sus productos. Tiran de una cuerdecita y ya tienen una maleta, la maleta de los pobres, a cuestas.

En fin, la vida sigue y yo también.

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DACA Y TOMA DE RETRACA

Buen día, gente. Primer artículo que escribo en el nuevo año en su comienzo de la segunda década acompañado, como casi siempre, de u...