domingo, 15 de junio de 2014

SENTIMIENTOS ENCONTRADOS

Buenos días, gente.

Llevo tiempo tratando de asimilar que me estoy desgastando, que me voy marchitando en diversos aspectos…

No es que esté desagradecido a la vida ni que tenga miedo al futuro, pero es que encontrarse con recuerdos vivientes de tiempos pretéritos, son como mazazos difíciles de olvidar.

Pese al aforismo, uno de los muchos que mi amigo Julio Ríos Gavira suele colocar en su página de Facebook, de no dar vueltas al pasado porque no lo podré cambiar, ni que me agobie el futuro porque no sé si llegará, que disfrute y viva el presente no dejándolo escapar, porque una vez que se vaya nunca volverá… si daré vueltas al pasado porque de esa manera uno se encuentra con gente perdida, gente maravillosa a la que amaba en silencio.

La historia, con minúsculas, se escribe principalmente de recuerdos del pasado ¿no?

Pues una de estas ocasiones de volver al pasado, como a través de un túnel del tiempo imaginario, me ha dado la oportunidad de volver a saber de gente, de amores perdidos y no hallados, de heridas abiertas que con el tiempo suelen cerrarse pero en algunas personas sensibles no.

Una de estas personas era amigo íntimo de uno de mis hermanos y, como el mejor escritor de los cientos que conozco, se ha atrevido a soltar unas palabras que me han llenado los brazos y el cogote de granitos como escarpias, conocido como escalofrío.

Otra de esas personas, un recuerdo perenne en mi mente, un recuerdo de mi lejana juventud que aún sigue vivo en mi… no sé qué pasó al haberme ido de su lado, teniendo como tenía un amor floreciente delante de mis narices.

Fui ciego, o tal vez me dejé llevar por los acontecimientos. Tal vez no vi claramente el diamante que tenía ante mis ojos…

No supe de ella en muchísimo tiempo y recientemente me encontré su foto en esa ventana al mundo que es Internet. Tardé una eternidad en reconocerla pero al ver otra de sus fotos, de aquellos tiempos tan lejanos, la reconocí al instante al sentir un fogonazo en mi corazón.

Lo que yo digo siempre: el cerebro suele jugarnos muy malas pasadas y cuando lo cree conveniente, soltar tal sopapo que casi deja sin respiración.

Es difícil volver a empezar una cosa que terminó abruptamente y aunque muchos aseguran no perder la esperanza… ¿cómo vas a derruir una estructura elevada pacientemente años tras años?

Aunque realmente solo los pesimistas pueden asegurar lo negativo de dar las vueltas al pasado, yo no lo veo así por cuanto la vida humana se compone con frecuencia de estas esencias: sentir, amar y sufrir. Dejemos, por el momento, las otras esencias: trabajar, cobrar y pagar.

Recordar cosas del pasado trae a veces una sonrisa espontánea, aunque la mayoría de los recuerdos sean tristes, y recordar sentimientos perdidos y no hallados es lo más duro.

Pero eran tiempos adolescentes… y lo que son las cosas, no se van de la memoria. Es como si todo volviera de repente y estuviéramos en un presente irreal.

Quiero acordarme de mi ciudad, no en vano soy descendiente de los primeros Lara que poblaron La Almina desde el Puente del Cristo, y la llevo muy metida en mi corazón.

Hoy en día cuento con la inapreciable ayuda de familiares y amigos para recopilar una pequeña historia de mi ciudad, vista desde el prisma familiar y una cosa con otra me vino a rememorar esa lejana juventud que ya, lógicamente, no volverá como no volverá el primer amor, ese que se queda eternamente aferrado al alma y que jamás se olvida.

Tal vez se preguntarán ustedes, queridos e hipotéticos lectores, si no me habré vuelto majareta al desviar el artículo por senderos tan alejados de mi habitual opinión.

No, queridos lectores, no me he vuelto majareta, siempre lo he sido.

Lo he sido desde aquel momento en que no supe aprovechar las oportunidades que me ofrecía la realidad de aquellos tiempos.

Como creo que a muchos de vosotras y vosotros os ocurre lo mismo, aunque con otro espejo delante, tal vez sea el momento de cerrar la puerta a esos recuerdos, aunque la verdad veo que sería imposible y después de todo, sólo existe uno capaz de cerrarla definitivamente y es el remero de Caronte.
En fin, la vida sigue y yo también.
 
 
 
-
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

DACA Y TOMA DE RETRACA

Buen día, gente. Primer artículo que escribo en el nuevo año en su comienzo de la segunda década acompañado, como casi siempre, de u...