(Se publican en el periódico «El Pueblo de Ceuta»
Buen día, gente:
Sigue la tónica de mal tiempo
en muchos lugares del país, aguando la fiesta de Semana Santa.
Es normal cuando el 'Dios del
único Ojo dentro del Triángulo' está sumamente enojado por estas fechas. ¿A qué
padre le gustaría ver al cadáver de su hijo, momia más bien, sacado a bailar
por las calles, en algunos lugares a son de pachanga, restregándole en sus
narices su sufrimiento?
Bueno,
dejemos de lado mi posición respecto a la Semana Santa, que por otro lado la
contemplo como atracción turística que llena bolsillos, y entremos de lleno en
la situación real del país y de otros países.
Lamento profundamente las
muertes ocasionadas por los atentados de los guerreros musulmanes –para evitar
equívocos, yo interpreto Yihad en el verdadero sentido que quiere darle el
Islam: el militar, por el uso que dan a las acciones para extender y proteger
la ley de Alá, igual que hacían los cristianos con la Cruzada y los actuales
ejércitos occidentales atacando países del Oriente Próximo y Medio. No los
denominamos terroristas como tampoco denominamos a los nuestros- y acompaño en
el sentimiento a las familias de los inocentes fallecidos.
Realmente no entiendo esos
manejos políticos y del Gobierno hablando de “estar unidos contra el terrorismo”
y la insistencia en un pacto antidihayista.
Creo que está de más salir por
la ventana de los medios de comunicación lamentándose de los atentados, cual plañideras
profesionales, si la mayoría de ellos son provocados por los mismos que lloran -a
veces incrementados por el interés crematístico-, ni mucho menos pedir a todos
que nos unamos.
¿Nos darán armas para
defendernos de posibles ataques?
No, ¿aquí?... ni pensarlo. No
somos ciudadanos estadounidenses norteamericanos, donde cuya Constitución, en
la segunda enmienda, autoriza a cada vecino mayor de 18 años, algunas veces a los 14, la posesión de un arma.
Desde luego no estoy de acuerdo con esa repugnante enmienda.
Señores del Gobierno y señores
políticos: ustedes están dentro del sistema como portadores de nuestros
derechos y deberes, por lo tanto son ustedes quienes tienen que defendernos de
estos ataques y no utilizar los contundentes ‘ejércitos’ contra manifestantes
de nuestro propio país.
El Gobierno de un país no
necesita hacer pactos locales. Es su obligación actuar contra cualquier ataque
en nuestro territorio y emplear al ejército y a las fuerzas de seguridad del
Estado para defendernos, que para eso cobran y deberían estar, y no sacar con
tanta frecuencia el pañuelo de las grandes ocasiones, donde escenifican lamentaciones lagrimosas, con inútiles e hipócritas mensajes institucionales de
pésame.
Crear leyes, como la que
creáis con ese llamado Pacto Antiterrorista, no es más que otra forma de tratar
a la propia población en una posición más dictatorial que democrática. Sobra
ese tipo de leyes cuando el Gobierno dispone de suficientes medios para repeler
los ataques de los, por ellos, llamados terroristas. Tratar de realizar esos
Pactos sólo demuestran que el Gobierno es débil.
Pero la manía que tenéis los
políticos de mentir a la población, o de no exponer claramente la realidad, les
hacen dar con fuerza y remachándo con grandes clavos, como los que
supuestamente se colocó al hijo del ‘Dios del único Ojo dentro del Triángulo’
en unos maderos cruzados, los carteles de la supuesta lucha antiterrorista con
el único fin de interés político y de dar miedo al pueblo. Igual como,
supuestamente, hacían los jefes judíos y sus aliados romanos con su pueblo en
relación al hijo del Dios mencionado más arriba.
Estoy totalmente en contra de
cualquier acto en el que se usen cualquiera de las armas letales y se mate
gente inocente, ya sean cristianos como musulmanes… pero, lamentablemente, Caín
existió, existe y existirá eternamente.
En fin, la vida sigue y yo
también, esperando que algún día ese Dios ilumine esos cerebros sedientos de
sangre y de dinero y consiga cambiarlos.
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