Por Quim Sarriá
No sé si me ha tocado vivir una
era donde la delincuencia es mimada hasta cotas inverosímiles y completamente
vergonzosas de cara al mundo, civilizado al menos.
Delincuentes de baja estofa, delincuentes
de clase media, delincuentes de clase media superior, delincuentes de clase
alta, delincuentes aristócratas… sigan Vds. si quieren.
En el sector de baja estofa la
delincuencia suele estar perdonada…. Cuando son bosnios, rumanos o de cualquier
inframundo del Este. No así cuando son indígenas de éste país y encima tienen
que cometer los actos delictivos por pura necesidad. A estos le cae el duro
palo de la Ley con todas sus consecuencias y quedan marcados de por vida con
una buena dosis de rencor.
Los de baja estofa, casi siempre
inmigrantes o ciudadanos de la zona del Este de esa cosa horrible llamada
Europa, suelen merodear donde hay aglomeraciones transeúntes (Metro,
estaciones, colas, etc.) y sus actos de latrocinio quedan impunes ante el juez…
¿por qué? ¿no existe una normativa que expulse a quienes hagan eso?
Se entiende el enorme odio que
tiene los madriles contra los catalanes. Mira que exportar al clan de los
bosnios para que se regodeen en el Metro de Barcelona…
Hay otros de baja estofa, paisanos
nuestros, que cometen esos actos y que son encarcelados, con frecuencia por
falta de medios de defensa. Por ello, pregunto ¿los bosnios, rumanos, etc.
tienen fondos para pagar a un buen abogado defensor o la Justicia anda más
ciega de lo que quiere expresar su simbólica figura?
De los delincuentes del resto de
‘categorías sociales’ ya hay bastante con la prensa cotidiana y aquí no vamos a
colocar una parrafada de todo lo que saben todos.
Observé el programa ‘Salvados’ y
había una frase o dicho del juez que no me gustó nada: lo de que no es un
ciudadano, que es un juez. ¿Qué quería decir con eso?... ¿Haciendo el amor, o
más claramente: jodiendo, lo hace como Juez?
Creo que los jueces, cuando
terminan su jornada laboral son ciudadanos corrientes y molientes, porque si no
fuera así, pongo como ejemplo, en cualquier restaurante le iban a cobrar el
menú por el temor de que meta en la cárcel a quienes osen cobrarle la factura.
Eso ocurría en tiempos de Maricastaña, ¿Volvemos?
Sobre lo de Garzón, mejor me lo
callo no sea que asome una brillante calva detrás de mi hombro y levantando una
ceja amenazadora, me mire duramente.
Creo que la olla a presión del
CSPJ está a punto de reventar… no me extrañaría que este juez siga los pasos
del anterior.
De todas formas, todo esto es un
conglomerado dirigido desde la sombra por cuatro personajes, únicos en el
mundo, que de momento no los quieren dar a conocer quienes dirigen los destinos
de algunos países ‘potentes’ y que son simples marionetas manejadas al antojo
perenne de esos cuatro personajes.
El tiempo se encargará de sacar a
la luz todo el entramado oscuro por ahora y cuando conozcamos directamente a
esos cuatro personajes… no quiero pensar lo que ocurrirá.
Poderoso manipulador es Don
Dinero, capaz de retorcer la conciencia del más pintado para que incumpla
promesas incumplibles y sin escrúpulos condena al pueblo a la miseria.
Eso está ocurriendo aquí, en éste
país, en ésta península desgraciada y ¿por qué?... por culpa de los cuatro más grandes
delincuentes que jamás existieron sobre la Tierra y contra los que no se puede
hacer nada porque disponen de las riendas de todos los ejércitos y policías del
mundo, llamado de Occidente.
Los de Oriente ya son otros, éstos
majaretas perdidos pero con los mismos fines que los cuatro jinetes del
Apocalipsis.
En fin,
la vida sigue y yo también, aunque menos.
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