Buenos días, gente.
Estos días de descanso, recorriendo Andalucía, me han venido
muy bien para el cuerpo y me ha hecho olvidar, en algunos momentos, el grave
problema de este país, nuestro país, mi país.
Que conste que mis viajes me los pago de mi bolsillo ya que
ningún organismo ni empresa me otorgan el milagro de hacerlo gratuitamente.
No como los senadores que no recuerdan sus viajes que son
realizados gracias a un sistema de pago exactamente igual que las tarjetas
opacas pero interpretadas como ‘una barra libre’ sin control alguno. Eso mes
una especie de salario extra, en especie, que pagamos todos nosotros, los
contribuyentes, y sin fiscalización alguna a posteriori.
Gracias al presidente de la Comunidad Autónoma de
Extremadura, José Antonio Monago, ha salido a la luz estos tejemanejes de
congresistas y senadores con nuestro dinero.
El presidente extremeño no recuerdo sus viajes, bueno, pero
al menos si recordará que los que hacía a las islas Canarias. Los hacía, en un
número de 32 viajes, para verse con una mujer… no, no piensen mal, no voy a
asegurar que sea su querida o algo por el estilo. Tal vez sea alguna empresaria
o yo qué sé. Eso lo manifiesta el diario Público con nombre y apellidos.
Colombiana por más señas. Por cierto que la foto que publica el mencionado
diario es de una mujer bellísima y comprendo que Monago perdiera la cabeza, si
es que es eso.
Ignoro qué dirá la ex mujer del presidente extremeño, Ana
María Cordón, porque cuando hacía los viajes, supongo que seguirían casados.
Ahora están divorciados… ¿será por eso?
Todo esto mientras se celebra la reunión del PP en Cáceres
por las Jornadas de Estabilidad y Buen Gobierno. ¡Qué paradoja!, menudo jarro
de agua-hielo reciben los populares.
De nada me sirven las declaraciones posteriores de los
miembros de la cúpula pepera defendiendo a Monago. Ya nos tienen acostumbrados
a taparse, los uno a los otros, las vergüenzas que van saliendo a la luz
gracias a la libertad de prensa y, sobre todo, de expresión.
Sacar adelante la ‘ley mordaza’ no les hará a los peperos
ningún bien ahora.
La decisión de la Audiencia de Palma es lógica pero no
justa. No podían exonerar de la imputación a la infanta Cristina porque el
precio sería muy caro. Lo que ha hecho la Audiencia es una especie de decisión
salomoniana.
Contentar a unos y a otros no evita que el ciudadano se crea
la ‘inocencia’ de la infanta, cuanto menos si el juez que lleva el caso ha
inculpado 100x100 a la mujer de Diego Torres… de esta manera se reafirma la
declaración de la secretaria general del PP, Dolores Cospedal: “No todas las
personas son iguales”.
A todo esto, nuestro rey sigue sin mojarse.
Sigo sin entender nunca que personas, que lo tienen todo,
roben a los que no les llega ni para alimentarse, siendo que cualquier otro
ciudadano español ya estaría entre rejas y no le libraba ni ese Ser al que
tanto rezan quienes roban.
Tal vez sea por eso, de tanto rezar tienen ganada la
bendición de los que profesan la religión apostólica y romana (que también nos
roban) y por eso salen campantes de inculpaciones.
Cada vez entenderemos menos a esta Justicia nuestra. A
Urdangarín si le van a inculpar del delito de blanqueo, pero a la infanta no...
¿No eran socios al 50%? ¿Qué pasa? ¿Que la infanta el dinero negro ni lo olió?,
paparruchas digo yo.
Viviendo en Suiza a cuerpo de rey, el Iñaki, como si pasara
nada, y no me extraña absolutamente nada que con su sangre roja mezclada con la
azul de su mujer… se esté poniendo ‘morado’.
Ya son muchos delitos, 25, y sigue sin pisar la cárcel, por
lo que no me queda más remedio que contradecir a nuestro ex rey, Juan Carlos I,
porque no debía de manifestar, en su último discurso navideño, que “TODOS LOS
CIUDADANOS SON IGUALES ANTE LA LEY”. Podía haberse ahorrado la fracesita, si
hasta Dolores Cospedal no le da la razón.
En fin, la vida sigue y yo también, ufano de acertar en
todos mis artículos anteriores.
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