Buenos días, gente.
Estamos viviendo un cambio climático que, al menos yo, no
hemos visto. En la zona donde resido cambia con frecuencia el aspecto del cielo
pero no baja de 18º la temperatura ambiente y eso me deja perplejo por cuanto
suelo ponerme la camiseta, la familiar camiseta sin mangas y generoso escote, a
mediados de octubre.
Ya vemos que el invierno empezará con fuertes calentones
artificiales, sobretodo en la política nacional, y no creo que vaya a bajar el
tsunami levantado por los catalanes.
Torres-Dulce, fiscal General del Estado designado por el PP cuando
debería haber sido elegido en convocatoria de elecciones entre todos los
fiscales, sigue empeñado en querellarse contra Artur Mas sabiendo cómo debe
saber que no hay ninguna ley que prohíba el proceso participativo de los
ciudadanos. Por algo se contraponen los fiscales catalanes.
No entiendo esta Justicia, de verdad, ya que como juez y
parte no debe ni puede asumir parte en querellas, denuncias, procesos por
iniciativa propia, etc. Lo lógico sería que alguien denunciara unos hechos y el
fiscal trabajara en la acusación de esos mismos hechos… pero no, aquí el fiscal
puede hacer lo que le de la gana y eso no es democrático ni de justicia, al ser
considerado un fin partidista.
¿Por qué el Gobierno no lo denuncia?, ahí está el quid de la
cuestión: metería la pata hasta los corvejones, por eso… ¡que lo haga el
fiscal. Ilógico de verdad.
Como ya nos tiene más que harto este Gobierno con meter a la
Justicia en cada momento y continuar su rollo de denuncias al Tribunal
Constitucional, más vale que se dedique el del plasma a la autentica tarea de
gobernar el país y dejarse de rollos antidemocráticos.
Volviendo al tema de los fiscales, no veo clara la postura
de Torres-Dulce en este tema. Si la Fiscalía Superior de Catalunya indica “Por
el momento no procede iniciar acciones penales contra los responsables del
llamado proceso de participación ciudadana”, siendo así que Torres-Dulce
insiste en “El fiscal general del Estado considera que debe formarse querella
ante el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya y así lo ordeno”.
Rajoy irá este sábado a Catalunya, no en plan de diálogo con
Artur Mas, sino en plan de precampaña.
Diálogo no puede haber cuanto menos porque Mariano Rajoy
solo tiene un punto clavado en la mente: “NOOOOO”, sabiendo como sabe la segura
postura del presidente de la Generalitat Catalana, es inútil que acuda a la
tertulia con Mas. Ganas de regodeo llamo yo a eso.
Lo lógico es que Rajoy se abstenga de intervenir, mientras
su fiscal trabaja en querellarse. No puede ser que entren por diversos frentes
combativos para anular un derecho inalienable de los ciudadanos como es el de
decidir.
Lo que si veo lógico es que no es lo mismo vivir en una
burocrática y funcionarial ciudad como Madrid que en la zona de los ‘apaches’
catalanes. No es lo mismo ser Fiscal General del Estado, colocado a dedo por la
División Plasma de Rajoy, que Fiscal General de Catalunya, persona que vive y
trabaja en una Comunidad donde más de dos millones de catalanes libres
cometieron el ‘gravísimo’ delito de votar alegremente una consulta ciudadana
sin implicación legal.
Ya sabemos que en este país la separación de poderes es una
entelequia, por cuanto solamente el Poder ejecutivo (Gobierno) aglutina el
poder de decisión de los otros ‘supuestos’ poderes: el Legislativo y el Judicial.
Creo firmemente que el Fiscal General del estado carece de
toda independencia y se le ha olvidado, expresamente, que tanto la Constitución
y el Estatut indican sobre las posibilidades de Catalunya de iniciar un proceso
legal de CONSULTA popular, que no REFERENDUM, que de momento no tiene otra
validez que la estadística.
Pero las mentiras del Gobierno y de algunos medios de
comunicación, subvencionados por este de manera harto beneficiosa, escriben y
hablan de Referéndum cuando esta palabra no figura en ningún documento oficial
de la Generalitat de Catalunya en cuanto a convocatorias ciudadanas se refiere.
Ya me he cansado de repetir esto.
En fin, la vida sigue y yo también, a la espera
del final conocido de este galimatías.
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