sábado, 28 de mayo de 2011

ES IMPOSIBLE

Publicado en "El Pueblo de Ceuta"

Mucho me temo que las cosas y las personas, sobre todo las personas, han cambiado rotundamente en tan corto espacio de tiempo.
Hubo una época en la que me granjeé muchas amistades en la clase política de este país, sobre todo en Catalunya, y aún perduran esas amistades aunque con esporádicos encuentros.

Una de esas amistades, la que más caló en el contexto de la convivencia, es la de Felip Puig i Rodes con quien realicé uno de los más sinceros lazos de amistad y con quién jugué a la petanca cuando mi cuerpo no me permitía jugar a deportes más duros.
Cuando era Secretario General y estaba en la Generalitat de Catalunya bajo la presidencia de Jordi Pujol, abusé un poco de esa amistad para que me ayudara personalmente en algunos asuntos.
Sigo estándole agradecido por aquellos momentos cruciales en mi vida, asociativa y laboral, y que no puedo borrar de mi mente…
Todo esto viene a cuento por cuanto es el actual Conseller de Interior de la Generalitat, o sea el jefe supremo de los cuerpos de seguridad catalanes y me es imposible cuadrar su última actuación, de cara al público, dentro del concepto que tengo de él.
La desproporcionada carga policial en la plaza de Catalunya de Barcelona ha roto toda referencia de buen político que tenía y me ha hecho reflexionar acerca de los cambios de carácter de las personas en tan corto intervalo de tiempo.
Unir un evento deportivo, aún no celebrado, con una pacífica manifestación de ciudadanos saturados hasta la coronilla de la política llevada en nuestro país, sin importar las siglas del partido político, no es más que una prevención psicótica llevada al paroxismo.
120 heridos, de ellos 4 de gravedad no es para hacer un balance benévolo, aunque contrapongan la cifra de 37 agentes contusionados (se nota que las corazas con las que iban reforzados producen roces en el cuerpo que los lesionan) ya sabemos que esto es una añagaza política para justificar lo injustificable.
Nula calificación para los políticos responsables de esta actuación, con Artur Mas a a la cabeza. El empecinamiento de los mismos en negar que trataran de desalojar a los manifestantes y que sólo quisieran limpiar la plaza de posibles objetos contundentes… es tan débil que se cae por su propio peso simplemente con ojear las imágenes que las televisiones ofrecieron en directo.
Eso de limpiar debe ser un nuevo verbo de uso político, sinónimo de arrasar. Esto es lo que hicieron los del Servicio de Limpieza apoyados por las fuerzas de seguridad.
De nada me sirvió la reciente reunión que mantuve con los jefes de los Mossos d’Esquadra para preparar un protocolo de actuación frente a las personas minusválidas y en la que planteé la incorrecta actuación de algunos miembros de ese cuerpo que me llevaron a redactar un manifiesto de repulsa. Eso se inició el año pasado y hoy en día, abandono todo intento de contactar de nuevo con los jefes de este cuerpo policial por sus manifiestamente abiertos rasgos de identificación con aquella policía armada con sinrazones sociales.
Creo sinceramente que el PP sobra en Catalunya.
Convergència i Unió (CiU) se ha convertido en valedor de la extrema derecha, muy diferente a la de aquel partido de centro-derecha en el que milité hará ya 22 años, y por ello Alicia Camacho (PP) debería hacer las maletas y mudarse a la comunidad Valenciana… porque su ideología la ha asumido por completo Artur Mas.
Lamentable política la de los responsables de Interior de la Generalitat, con su actuación han conseguido lo que los propios manifestantes no conseguían. Cuando languidecía el movimiento de los ‘indignados’ y corría el riesgo de difuminarse, esa participación policial los ha avivado hasta extremos no esperados. Menuda paradoja.
En fin, la vida sigue y yo también.

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