jueves, 12 de mayo de 2011

LORCA, LA CIUDAD

Publicado en "El Pueblo de Ceuta"


Tenía previsto, hoy, escribir un artículo sobre lo que siempre acostumbro a escribir, aunque a muchos no les guste mi estilo.
Pero el seísmo de Lorca ha truncado este intento.
Siendo como soy, terriblemente sensible, mucho me ha dolido que la madre tierra pretenda cebarse con el que fue, en otros tiempos, el municipio más grande del país.

Tengo familiares (mi hermano, su mujer y mis sobrinos residen ahí), muchos amigos y bastantes conocidos de los que apenas tengo noticias acerca de lo ocurrido.
No dispongo de los números telefónicos de casi todos ellos.
Pero a pesar de todo, confío ciegamente que no les haya pasado nada.
Lorca ha sido siempre la parada y fonda de los numerosos viajes a mi ciudad natal. Siempre que voy a Ceuta, en coche, hago una parada en esta ciudad murciana para visitar a mi familia, ex familia política, amigos, etc. y por ello es una ciudad que llevo en el corazón.
Conozco muchos de sus rincones, sus bares y sobre todo su famoso matadero que en otros tiempos regía un gran amigo mío y que sigue siendo, su familia, familiares de mis hijos.
Durante el camino hacia la ciudad murciana, siempre paraba en un pueblo antes de llegar a Lorca. En ese pueblo adquiría sus famosos vinos y su no menos famosos jamón curtido y queso. Me refiero a Jumilla.
Los vinos de Jumilla han presidido durante años la mesa de mi casa.
Pero no estoy para escribir de las cualidades del vino, ni de los jamones.
Los terremotos siempre son difíciles de asumir, siempre conllevan desgracias en su mayoría irreparables y demos gracias a que no han superado el punto de la escala de Ritcher considerado verdaderamente de hecatombe.
Lamentablemente, la avenida Juan Carlos I, que es donde reside mi hermano pequeño, es la segunda que más ha sufrido desperfectos. Después del barrio de La Viña.
Sé muy bien que su alcalde, Francisco Jódar, se volcará totalmente en resolver cuantos incidentes entren de lleno en su agenda y que afecten a todos y cada uno de sus ciudadanos.
Espero sinceramente que mi linda sobrina Raquel y mi guapo y alto sobrino Álex, junto con sus padres Ramón Jesús y María estén sin un rasguño… los mismo deseo para todos los demás habitantes de la ciudad, lamentando que ocho personas (en el momento que escribo esto) no pudieran salvarse y con mi mejor deseo de que los heridos se recuperen inmediatamente. Mis condolencias a los familiares de los fallecidos.
Espero que las cosas me vayan bien para hacer un nuevo viaje a Ceuta y, de paso, pernoctar en Lorca unos días e interesarme en vivo y en directo de lo que pasó.
Con todo, siendo mi deseo seguir escribiendo… pero hoy no me sale nada más.
Por ello, termino aquí.
La vida sigue, yo también. Aunque apesadumbrado.

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