Las Notas del Quim
Por Quim Sarriá
A estas horas en que escribo
este artículo, con los dedos de las manos entumecidos por el frío, cosa rara en
estas latitudes, después de repasar la prensa diaria… prensa que cada día
suelta noticias de tanta importancia como las transparencias de Cristina
Pedroche como si viviéramos en el siglo pasado con doña Censura planeando sobre
nuestras cabezas.
También destacan, en primer
plano, el miedo de los dos partidos que alternan el Gobierno de la nación en
esta pseudo-democracia.
Miedo traslucido en
declaraciones extemporáneas de los líderes del PP y del PSOE…
Los primeros dicen, declaran,
exclaman que Podemos es el espejo de un partido que puede llevar a Grecia al
desastre. Ni Sandro Rey ha sido capaz de vaticinar lo verdaderamente
desconocido. Estos peperos creen adivinar el futuro de entes totalmente
desconocidos que nunca se han sentado en las poltronas gubernativas.
Los segundos intentan
venderse como opción sensata para el cambio seguro y con certidumbre de manera
que el ciudadano se lo crea íntegramente. Se olvidan del Sistema en sí, se
olvidan que tienen encima la espada de Damocles del capital, se olvidan que con
una simple bofetada con el dedo índice de la mano que maneja la ‘escopeta
nacional’ se vuelven olvidadizos de sus pretensiones realmente democráticas.
Que los partidos que componen
el bipartidismo recurran al discurso del miedo para frenar a Podemos está
resultando ser una parodia de Harold Lloyd en ‘Safety Last’ y demuestran que no
están por la labor democrática en ningún momento.
Las descalificaciones que
hacen los peperos contra los representantes de Podemos son, en realidad, un
espejo de la actuación del PP, desde que asumieron el Gobierno, con los más de
2.000 imputados en casos de corrupción.
La facilona mantra de que
todo es culpa de la herencia recibida se resume en una ordinariez dictada por
el portavoz pepero, Rafael Hernando, que menciona una frase de Lincoln “Cuando
el asno sale a la plaza vestido de león, al final se le acaban viendo las
orejas”, sin darse cuenta que a muchos de los peperos no sólo se les han visto
las orejas sino el rabo entero en su afán de aparentar ser demócratas sin
imaginar que “aunque el pepero se vista de seda, pepero fascista se queda”,
única manera de definirlos ante tan antidemocráticos ataques a otro partido.
La mentira más incruenta,
haciendo suya la misa, es la afirmación de Rajoy de que “es el reformismo y no
el adanismo” lo que hace funcionar un país, completando con la insistencia de
que sólo el PP “garantiza la estabilidad política y social” del país.
Mariano Rajoy, sabes de sobra
que el refrán “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer” fue un
invento de alguien que tenía la barriga bien surtida y poco le importaba que el
pueblo padeciera la hambruna haciendo bueno el refrán, sinónimo del anterior,
que cito “Bien se está San Pedro en Roma aunque no coma” cuya traducción al
castellano corriente y moliente es “Bien está el PP en La Moncloa aunque el
pueblo no coma”.
Esta chorrada que acabo de
soltar en el párrafo anterior es el auténtico espejo de todos ustedes, señores
peperos, que están demostrando cada día por donde van sus tiros: ninguno
apuntan a sus corruptos por miedo a que tiren de la manta, cosa que sí harán
los de Podemos.
En cuanto a los socialistas…
me quedo con las afirmaciones de César Luena y del propio Pedro Sánchez de que
no habrá pacto con los peperos, lo niegan tres veces como San Pedro, en caso de
fuerte ascenso del partido de Pablo Iglesias, con lo que regodeamos lo de San
Pedro y San Pablo, con el consiguiente martirio de éste último, no existiendo
San Mariano por mucho que lo busque.
¿Qué diablos me pasa?, he
metido cuña en el santoral católico y eso no es bueno, aunque la Iglesia
Católica no me puede acusar de nada porque ella es la primera en dar ejemplo:
la propia Iglesia se mete en política.
Ante tanto caos demagogo
prefiero quedarme con Cristina Pedroche, a la que animo a seguir en esa línea y
haga caso omiso de las críticas que recibe de algunos retrógrados que siguen
anclados en el pasado decimonónico… me alegra un montón oírla y mucho más verla.
En fin, la vida sigue y yo también, aunque con
ganas platónicas de ser novio de la Pedroche.
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Publicado en "El Pueblo de Ceuta"
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