DESBARAJUSTE TOTAL
Buen día, gente
Último día de una semana bastante movida, por un lado los
imitadores del Ku Klux Klan tirando de un desgraciado martirizado y
posteriormente ejecutado, de una madre vestida tan ricamente, como para estar
de luto lujoso, con un manto que para sí lo querría el último faraón.
Por otro lado un tiempo fenomenal y cambiante, con
lluvia, granizo y poco más que hizo suspender no pocos desfiles con
exposiciones morbosas.
No estoy de acuerdo con esa forma de realizar los debates,
en los que participan partidos con representación parlamentaria.
Se supone que la anterior legislatura está cerrada, que los
debates son para las nuevas elecciones y que los partidos ya no tienen
representación parlamentaria… entonces, lo más lógico y democrático es que en
esos debates participen todos los partidos inscritos en el registro
correspondiente y que participen en las elecciones convocadas ya que todos
tienen los mismos derechos.
He seguido con suma atención el debate a siete de una cadena
televisiva. Un debate que ha dejado retratado a todos y cada uno de los
participantes.
Una derecha protestona, maleducada, prepotente, que no
dejaba terminar la exposición de los representantes de partidos muchísimo más
demócratas que esos dos: PP y Ciudadanos.
Me agradó sobremanera la exposición de Alberto Carlos Garzón Espinosa, de Unidas Podemos, y la de Aitor Esteban Bravo (PNV), el primero
con planteamientos lógicos sin caer en las estúpidas interrupciones de los dos
de derechas.
Ya en lunes, seguí el segundo debate nacional, esta vez con
los líderes de los cuatro partidos principales.
No me gustó nada las actitudes de los políticos de derechas:
Pablo Casado Blanco y Alberto Carlos Rivera Díaz, este último
muy nerviosos en todo momento. Representan la mala educación, la
irrespetuosidad y la impertinencia. Si son candidatos a presidentes del
Gobierno, está de más la falta de respeto a sus contrincantes y la
sobreactuación.
Lo que más me gustó fue la actuación de Pablo Iglesias Turrión, muy aplomado en todo momento y sin salirse
del tiesto.
De Pedro Sánchez
Pérez-Castejón diré que se metió en su papel de presidente en funciones y
candidato del partido al que las encuestas le dan como vencedor. Algo templado
en sus intervenciones, sin seguir el juego a los de la derecha.
El mensaje corporal de Alberto
Carlos Rivera Díaz no es propio de un político, es más tendente a superar
al líder de la ultraderecha, invadiendo el espacio físico de Pedro Sánchez Pérez-Castejón, lo que es
una impertinencia insuperable.
En el tercer debate nacional, esta vez el martes y en una
cadena privada, presentó el mismo arquetipo del segundo debate.
No gustó absolutamente nada la actitud del líder de
Ciudadanos, sus aspavientos, sus muecas y su sobreactuación hicieron válido el
reproche de Pablo Iglesias Turrión,
que le abroncó con que es impertinente y maleducado. Como politólogo que es,
está llamado a ser, como Petronio, el árbitro de la
moderación.
Destaca esa actitud de Alberto
Carlos Rivera Díaz, acusando a Pedro
Sánchez Pérez-Castejón de que estaba muy nervioso con él, cuando en
realidad el nervioso, y mucho, era el propio Alberto Carlos Rivera Díaz con esos aspavientos y, como repito,
invadiendo el espacio físico del presidente, que lo retratan como un “apache”
de los barrios bajos de París colado en unas elecciones españolas que le vienen
grandes.
Me daría mucha vergüenza ajena que ese falangito fuera
elegido presidente del Gobierno.
Volvió a ganar el debate el líder de Podemos, con su
tranquila y lógica exposición de su plan político y sus reproches a las
actuaciones de las derechas. Para mí fue el mejor político que manejó los
tiempos en el debate.
Hay que destacar los papeles de los dos líderes de la
derecha, que respondieron a las preguntas de los presentadores con temas que no
eran adecuados al momento.
Es esa la eterna actitud de la derecha conservadora, aunque Alberto Carlos Rivera Díaz trate de
camuflarse como de centro, responder sin ligar con las preguntas.
Lo malo de todo esto, que desorienta al votante es que los
medios de comunicación están más divididos que nunca: los de derechas con
grandes titulares dan ganador a Pablo
Casado Blanco, siempre hace más ruido que nueces, mientras que los de
izquierdas son más moderados.
En fin, la vida sigue y yo también, esperando que vosotros votéis
a quienes de verdad beneficien a todo el conjunto de ciudadanos españoles y no
a esos matones de felpudo que no respetan las reglas de la democracia.
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