miércoles, 24 de abril de 2019

DESBARAJUSTE TOTAL

Buen día, gente

Último día de una semana bastante movida, por un lado los imitadores del Ku Klux Klan tirando de un desgraciado martirizado y posteriormente ejecutado, de una madre vestida tan ricamente, como para estar de luto lujoso, con un manto que para sí lo querría el último faraón.

Por otro lado un tiempo fenomenal y cambiante, con lluvia, granizo y poco más que hizo suspender no pocos desfiles con exposiciones morbosas.

No estoy de acuerdo con esa forma de realizar los debates, en los que participan partidos con representación parlamentaria.

Se supone que la anterior legislatura está cerrada, que los debates son para las nuevas elecciones y que los partidos ya no tienen representación parlamentaria… entonces, lo más lógico y democrático es que en esos debates participen todos los partidos inscritos en el registro correspondiente y que participen en las elecciones convocadas ya que todos tienen los mismos derechos.

He seguido con suma atención el debate a siete de una cadena televisiva. Un debate que ha dejado retratado a todos y cada uno de los participantes.

Una derecha protestona, maleducada, prepotente, que no dejaba terminar la exposición de los representantes de partidos muchísimo más demócratas que esos dos: PP y Ciudadanos.

Me agradó sobremanera la exposición de Alberto Carlos Garzón Espinosa, de Unidas Podemos, y la de Aitor Esteban Bravo (PNV), el primero con planteamientos lógicos sin caer en las estúpidas interrupciones de los dos de derechas.

Ya en lunes, seguí el segundo debate nacional, esta vez con los líderes de los cuatro partidos principales.

No me gustó nada las actitudes de los políticos de derechas: Pablo Casado Blanco y Alberto Carlos Rivera Díaz, este último muy nerviosos en todo momento. Representan la mala educación, la irrespetuosidad y la impertinencia. Si son candidatos a presidentes del Gobierno, está de más la falta de respeto a sus contrincantes y la sobreactuación.

Lo que más me gustó fue la actuación de Pablo Iglesias Turrión, muy aplomado en todo momento y sin salirse del tiesto.

De Pedro Sánchez Pérez-Castejón diré que se metió en su papel de presidente en funciones y candidato del partido al que las encuestas le dan como vencedor. Algo templado en sus intervenciones, sin seguir el juego a los de la derecha.

El mensaje corporal de Alberto Carlos Rivera Díaz no es propio de un político, es más tendente a superar al líder de la ultraderecha, invadiendo el espacio físico de Pedro Sánchez Pérez-Castejón, lo que es una impertinencia insuperable.

En el tercer debate nacional, esta vez el martes y en una cadena privada, presentó el mismo arquetipo del segundo debate.

No gustó absolutamente nada la actitud del líder de Ciudadanos, sus aspavientos, sus muecas y su sobreactuación hicieron válido el reproche de Pablo Iglesias Turrión, que le abroncó con que es impertinente y maleducado. Como politólogo que es, está llamado a ser, como Petronio, el árbitro de la moderación.

Destaca esa actitud de Alberto Carlos Rivera Díaz, acusando a Pedro Sánchez Pérez-Castejón de que estaba muy nervioso con él, cuando en realidad el nervioso, y mucho, era el propio Alberto Carlos Rivera Díaz con esos aspavientos y, como repito, invadiendo el espacio físico del presidente, que lo retratan como un “apache” de los barrios bajos de París colado en unas elecciones españolas que le vienen grandes.

Me daría mucha vergüenza ajena que ese falangito fuera elegido presidente del Gobierno.

Volvió a ganar el debate el líder de Podemos, con su tranquila y lógica exposición de su plan político y sus reproches a las actuaciones de las derechas. Para mí fue el mejor político que manejó los tiempos en el debate.

Hay que destacar los papeles de los dos líderes de la derecha, que respondieron a las preguntas de los presentadores con temas que no eran adecuados al momento.

Es esa la eterna actitud de la derecha conservadora, aunque Alberto Carlos Rivera Díaz trate de camuflarse como de centro, responder sin ligar con las preguntas.

Lo malo de todo esto, que desorienta al votante es que los medios de comunicación están más divididos que nunca: los de derechas con grandes titulares dan ganador a Pablo Casado Blanco, siempre hace más ruido que nueces, mientras que los de izquierdas son más moderados.

En fin, la vida sigue y yo también, esperando que vosotros votéis a quienes de verdad beneficien a todo el conjunto de ciudadanos españoles y no a esos matones de felpudo que no respetan las reglas de la democracia.





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