Las Notas del Quim - Opinión
Buen día, gente.
No estoy para bromas, ni quiero
opinar con ironía como es mi costumbre, después de ese terrorífico atentado que
ha segado la vida de, por ahora, trece personas y dejado un centenar de
heridos.
En primer lugar quiero dejar
patente mi total afecto, mi congoja y mi rabia con los familiares y amigo de
los fallecidos, así como mi más ferviente deseo de que los heridos mejoren
pronto.
En segundo lugar lamento que
haya acertado en uno de mis artículos de opinión –que escribí hace ya tiempo-
sobre el atentado, aunque a decir verdad, no esperaba que fuera en mi querida “Las
Ramblas” barcelonesa.
Es lamentable que hayamos
llegado a estas cotas de barbarie en muchos aspectos… desde las palizas de
turistas (caso Ibiza), pasando por las huelgas de los taxistas con agresiones
físicas hasta el atentado actual. Me quedo corto en la exposición ya que
tenemos que tener en cuenta los casos de malos tratos domésticos con asesinatos
incluidos.
Todo atentado terrorista es
totalmente deleznable y altamente condenable, pero tenemos que pensar el porqué
de estos actos criminales, el porqué se van cometiendo periódicamente y contra
gente inocente.
No debemos, ni podemos olvidar
que la mayoría de los musulmanes, al igual que cierta etnia de gitanos, son muy
dados al ojo por ojo y diente por diente y por lo tanto debemos analizar las
razones de tales atentados, que ya afectan a casi todo el continente europeo.
Occidente está muy avanzado en
muchas cuestiones, tanto políticas como judiciales y no nos podemos comparar,
desde luego, con las políticas y las justicias de los países donde impera el Islam.
De sobra conocemos, la mayoría,
que en esos países tanto la política como la justicia van perennemente unidas
al derramamiento de sangre sin miramientos (se dan casos hasta de niños
verdugos) que son actuaciones ancestrales que siguen vigentes.
De ahí que cualquier ‘colgado’
extremista, de fe islámica, cometa esos crímenes sin sentir absolutamente nada
más que la victoria por Alá, fuertemente influenciado por imanes
fundamentalistas con sus teorías conspiratorias, insistiendo una y otra vez con
que el terrorismo occidental destrozan en sus propios países cientos de miles,
por no decir millones, de vidas humanas tan inocentes como los que sufren estos
recientes atentados.
Dejo de lado estas divagaciones y
me centraré en el atentado y sus consecuencias.
Los medios de comunicación, que
tal vez no conozcan Barcelona a juzgar por las informaciones que dan, se
equivocan a primeras de cambio con la noticia “… la furgoneta accedió por el
carril central de la Rambla…”, en primer lugar las Ramblas no dispone de carril
central, son dos carriles laterales al paseo peatonal central, ascendente y
descendente. En segundo lugar no es “La Rambla” sino Las Ramblas, denominada
así porque son varias como la Rambla de Canaletas, la Rambla de las Flores,
etc.
También molestan, en demasía,
los debates televisivos de supuestos expertos, que siempre son los mismos
tertulianos, soltando elucubraciones sin fundamento que hacen liar el pollo a
los ciudadanos que les siguen, confundiéndolos y haciéndoles creer sus
especulaciones como ciertas.
Ahora resulta que Mariano Rajoy
Brey salta a la palestra, a causa del atentado, y se desplaza a Barcelona, para
presidir el Gabinete de Crisis, cosa que creo innecesaria por cuanto el Gabinete
tiene que estar en Madrid, centro neurálgico del país, ya que en Catalunya hay
gente sobradamente preparada para atender cualquier contratiempo importante.
Que diga “… lo prioritario son las víctimas”, ya es un postureo por cuanto,
lógicamente, las víctimas son lo primero sin que haga falta que lo diga el
presidente del Gobierno, sabiendo como sabe que están perfectamente atendidas
por los medios sanitarios de Barcelona y además lo primero que tiene que hacer
un presidente es coordinar las medidas de seguridad para evitar definitivamente
que vuelvan a ocurrir atentados en nuestro país… soluciones hay muchas, entre
ellas no vender armas a quienes se vuelven en contra, mostrando sonrisas de
conejo, ni vayan invadiendo sus países alegando razones inasumibles.
En fin, la vida sigue y yo
también, condenando fuertemente tan abominable atentado y acompañando a los
familiares y amigos de las víctimas en todo momento de dolor y con toda mi
solidaridad.
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