Las
Notas del Quim - Opinión
Quedan tres días para que
finalice el tratamiento al que estoy sometido.
Un tratamiento que tiene todas
las trazas de ser completamente inofensivo, pero que en el fondo resulta ser
como esas centrales nucleares llenas a rebosar de materia radioactiva,
controlada ésta por constantes corrientes de agua fría, que en cualquier
momento del día producirá unos efectos destructores como el de Chernóbil.
Bien, entremos en lo que toca
hoy.
Los ciudadanos de este país vamos
siendo actores forzados, o extras gratuitos, de una inmensa “burbuja
gubernamental” que estallará en cualquier momento y nos presentará un panorama
tan negro como el del después del final de cualquier película.
Intenciones de ocultar datos, proyectos,
decisiones, etc. del Gobierno a la ciudadanía, agravada esta ocultación con
declaraciones tan optimistas que se notan desde lejos la calaña del charlatán,
en una constante del PP cuando hay elecciones a la vuelta de la esquina, en
espera de que el pueblo llano pique como una merluza, para después dar el
pelotazo de tal o cual decisión contraria a las decisiones que se toman en
democracia.
Siempre ha sido así, por parte de
cierta clase de ciudadanos que se creen por encima del resto de ciudadanos, lo
de colocar una zanahoria en la punta de una caña, subirse al burro y guiarlo
por donde se les antoje.
Considero que las acciones,
decisiones y ‘puñetazos’ que está tomando el Gobierno abocan al país al
descrédito mundial en cuanto a democracia se refiere. Lógico si entre sus filas
tienen a todo un personaje de Pérez Galdós con apellido alemán.
Unas decisiones y unas palabras
que están levantando, cada vez más, la cólera de la ciudadanía con voces
críticas sobre la política económica y social de Mariano Rajoy a quién
adviertes, de paso y por entes muy serios, del enorme riesgo que está asumiendo
en la condena de un país entero a la pobreza extrema.
¿Qué necesidad tenemos los
ciudadanos, el país, de aportar fondos al BCE si jamás de los jamases
obtendremos beneficio alguno?
¿Por qué no destinan ese 8,40%
del PIB a cubrir las necesidades sociales del país y que sea la banca privada
la que se encargue de lidiar los toros europeos por su cuenta?
¿Por qué el Gobierno tiene que
respaldar y, en su caso, rescatar entidades financieras privadas sabiendo que
estas seguirán comprando deuda soberana con ese mismo dinero?
Esta política es la misma que
hacen con Catalunya en cuanto a secundar boicots a sus productos.
Un ladrón encapuchado entra en un
comercio, roba todo el dinero de la caja, sale al exterior, se mete en una
cabina telefónica, se cambia quitándose al mismo tiempo el pasamontañas, vuelve
a entrar en el comercio que antes había atracado y compra tranquilamente sus
productos con el dinero que había robado previamente… eso es lo que están
haciendo los bancos con el Gobierno y el Gobierno con Catalunya.
Esto se traduce en que el país se
va endeudando cada vez más, hasta que desaparece el último céntimo de euro del
bolsillo de todos y cada uno de los ciudadanos, mientras la llamada ‘élite’ se
larga a disfrutar de sus “atracos” a los paraísos fiscales.
¿No está claro?
Más no puedo explicar porque es
lo que hay.
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