lunes, 25 de julio de 2011

IN CRESCENDO

Publicado en "El Pueblo de Ceuta"
Publicado en "Diario Sur", Málaga

Un fin de semana fuimos a Arbúcies (Girona) para disfrutar de las delicias de la naturaleza a pie de Montseny.
Aparcamos al lado del río e inmediatamente mi hijo pequeño se fue directamente al agua. En esa  zona está permitido bañarse, si por bañarse entendemos que se moje los pies hasta la altura del tobillo, dado el escaso nivel de las límpidas agua pluviales.
Realmente no fue a bañarse. Fue a ‘pescar a mano’ unas cuantas crías de carpa. Consiguió capturar ocho crías del tamaño de un centímetro poco más. Las metió en un vaso de plástico.
Contento nos pidió regresar a casa para meter a las crías de carpa en una pecera que tenía vacía, ya tenemos otra pecera con siete peces de colores como él los llama, y, después de comer un buen  yantar en uno de los restaurantes de carretera, regresamos a casa.
Llegados a casa y metidas las crías en la pecera, debidamente adecentada, al poco tiempo murieron siete. Mi hijo, que es muy observador en cuanto se refiere a la flora y fauna, me suelta que soy muy mal matemático ya que sólo han muerto seis…
Retiramos las seis crías fallecidas y mientras iba hacía el ‘cementerio de peces’ que no es otro que la taza del wáter, la señora de la casa coge a una de las crías y la suelta en la pecera grande. Ni que decir tiene que en cuestión de segundos uno de los peces de colores, el de tonos azules y rosados, se la engulle sin miramientos para consternación de la madre de mi hijo, que ignora la ‘fechoría’.
Sólo queda una cría superviviente y hasta ahora sigue nadando de un lado a otro de su pecera, comiendo y creciendo…
Si extrapolamos esto a la noticia de que ahora resultan que son 76 muertos en el doble atentado de Oslo y Utoya, cambio de cifras demasiado drástico, nos damos cuenta de la necesidad de no precipitarnos en dar las noticias.
Mientras tanto, el supuesto autor de esos dos atentados se declara no culpable aunque asegura que es el autor material de todo ese crimen.
La violencia sigue ‘in crescendo’ en la sociedad actual.
Lo ocurrido en Ceuta, en la barriada del Príncipe, es una carpeta más que agregar a la ya larga lista de incidencias criminales que ocurren ante nuestras propias narices.
No estaría de más que los medios de comunicación, sobre todo las televisiones, redujera sus series donde el crimen, las matanzas y la sangre (aunque sean de botes enteros de kétchup) corren como fórmulas 1 y produjeran más series encaminadas a mantener la sonrisa en los rostros de los telespectadores.
En estas series abunda la morbosidad. Más en las americanas estadounidenses. Parecen que son justificaciones visuales del derecho de uso de las armas por parte de los ciudadanos de ese estado. Además de que las relaciones entre sus personajes resultan de un estilo reaccionario rayano en el esperpento.
Además, son series que promueven la ‘educación de criminales’ y dan ideas de cómo hacer el crimen perfecto. Malo.
También ‘in crescendo’ va la crisis de la economía mundial con las continuas calificaciones a la baja de las llamadas “agencias de calificación” que deducen a su antojo cómo será la economía de cada país…

Grecia no será capaz de pagar sus deudas; los EE.UU no consiguen subir el techo del gasto; Rodríguez Zapatero se coloca al lado de Cameron en “Downing Street” para decir que Europa no va a dejar caer a Grecia, mientras los españoles vamos cayendo en la cuenta de que ya no llegamos ni a mediados de mes.
En fin. La vida sigue, yo también. “Priscilla”, la nueva carpa del acuario, sigue bien, gracias.

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