martes, 19 de julio de 2011

MUERTE NO SOSPECHOSA

Publicado en "El Pueblo de Ceuta"
Publicado en "Diario Sur", Málaga

En uno de los vagones del Metro de Barcelona andan unos carteristas tratando de ganar el sustento del día birlando monederos a las señoras despistadas, sobre todo turistas, pero como son vigilados por una serie de personas, les siguen a todas partes, no se atreven a realizar juegos de manos.
Siguen en sus treces, no crean, de robar. Se aprovechan de la tremenda laguna jurídica de nuestro sistema porque los turistas robados, tras la denuncia, no se presentan en el juzgado. Aunque el Código Penal prevea un procedimiento opcional, la preconstitución de pruebas. es sumamente complicado efectuarlo en Barcelona.

Por otro lado, el periodista del ‘NOTW’ que destapó el caso del australiano Rupert Murdoch ha sido hallado muerto. De muerte no sospechosa.
La ficción superada por la realidad, una vez más, con la muerte de Sean Hoare. El poder dirigente empresarial y político tiene capacidad, y mucha, para pinchar medios de comunicación privados y/o de otros departamentos del Gobierno a través de sus oficinas policiales o de ‘inteligencia’ y no pasa absolutamente nada.
El poder nos controla a todos los ciudadanos a través de Internet, nos pinchan las páginas a todas horas, y con las redes sociales; del móvil, graban nuestras conversaciones por mor al terrorismo; de nuestros correos electrónicos; nos siguen por el GPS, aunque lo tengamos apagados; nos han convertido en los nuevos esclavos. La Ley de Protección de Datos es una pamplina.
Siendo como es, todo manipulable, tratan ahora de justificar esa muerte metiéndonos, lo primero como quién no quiere la cosa, que el periodista, Sean Hoare, era un drogadicto para que nos creamos que murió de sobredosis y acabar con una declaración institucional, demasiado insultante, de que las causas no son necesariamente sospechosas.
Parece ser que el tristemente famoso ‘Padrino’, el de Marlon Brando, es un “teletubbie” al lado de esta gente.
Obviamente, ha muerto de muerte natural. Después de las denuncias comprometiendo al poder, lo natural es que muera clásicamente. No hay que darle más vueltas.
En fin, que este periodista es un muerto de película de suspense. Tipo Alfred Hithcook, inglés por más señas.
Sumemos a todo esto el “suicidio” de David Kelly, la muerte de Lady Di, la de Geli (Banco Ambrosiano)…, estamos ante la reencarnación del antiguo imperio británico.
Por si alguien no recuerda a David Kelly, pues era el inspector de armamento en Irak, cuando Blair, buscando las armas de destrucción masiva que acordaron propagar los tres de las Azores.
Qué casualidad que uno de esos tres, Aznar, esté trabajando con el capo codo a codo.
Solo falta que Torrente, digo Santiago Segura, se meta a investigar porque Scotland Yard está en el ajo. A lo mejor resulta que Murdoch es su papá.
Bueno, todo esto pasa en unas islas que se creen compadres del centro del poder mundial y que ni siquiera se mojan con el euro.
Aquí, en nuestro país, bastantes problemas tenemos con nuestros ‘bandoleros’, cuyos jefes no dicen ni ‘mú’.
Por si fuera poco, ahora salen con interpretaciones históricas de aquella guerra, justificando alzamientos, que convierte la ley de igualdad en una ley basura. La igualdad no existe cuando gobiernan los conservadores, capitalistas y demás gente de esa o parecida categoría.
Países donde sigue vigente matar ‘legalmente’ a un ser humano: EE.UU, países de fuerte arraigo dictatorial e Inglaterra, aunque en este país lo hacen de forma que parezcan accidentes. Recuerden que es el país del ‘007’, con licencia para matar. Una de sus películas retrata perfectamente el presente.
En fin. La vida sigue, yo también pero para Sean Moare acabó.

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