miércoles, 31 de agosto de 2011

ASÍ ES LA VIDA

Desde que tuve el accidente con mi moto una serie de hechos, como contrapartida, han venido a consolarme.
No lo escribo por reírme de nadie pero, ¿por qué siempre habrán peros?, mi accidente viene secundado por otros accidentes, tanto en la familia como en la familia política española.
Al accidente de Mayor Oreja (bicicleta) se le suma el de Manuel Cobo (scooter como la mía). Ambos políticos del partido que menos simpatías tiene por mi parte, el PP.
Pero eso, lo de menos simpatía, no quita que yo les desee una pronta recuperación.
Nos hacen falta en el ruedo político.
No por su valía como tales sino porque sus declaraciones son, a veces, auténticas perlas para los críticos.
Como la que soltó ante las víctimas del 11-M de que no habría monumento a las víctimas del 15-M y que mejor sería hacer un homenaje a las putas de la calle Montera.
A pesar de todo puedo preguntar: ¿Soy yo o los políticos del PP los que tienen muy mala suerte en la carretera?
Menos mal que no llevaba a la presidenta de la Comunidad de paquete. Esa señora con sus calcetines blancos es un buen ejemplo de insolidaridad ante accidentes.
Aunque tengan la denominación de origen de atentado.
Cambiando de vía, digo de tema, volvemos a la problemática con más problemas del país: la inmigración ilegal.
La tolerancia en la admisión de pseudonáufragos ‘encontrados’ en alta mar por nuestros barcos “San Bernardos” nos traerá, a la corta y a la larga, muchos más problemas de lo que podemos tragar.

Por culpa de estos inmigrantes ilegales, muchas familias se ven afectadas terriblemente en la convivencia social, en la economía doméstica y en la penuria laboral.
La posición de la Generalitat de Catalunya, en referencia a las finanzas, puede traer cola en las demás comunidades autónomas.
En una actuación estelar propia de un dictador, el president Mas aprobó un decreto que endurece las condiciones de acceso a la renta de inserción mínima, la de 400 euros, que los catalanes reciben de promedio y que se encuentran en situación de necesidad.
Lo hace sin consultar con el Consejo Asesor para las Políticas Sociales y Familiares ni tratarlo con las otras formaciones políticas con representación en el ‘Parlament Català’.
Lo malo de todo eso, lo que quiero incidir, es que el 40% de personas que cobraban esa renta son extranjeros, predominando los marroquíes, y con ello perjudicando al 60% que son catalanes, españoles a fin de cuentas, que han venido cotizando a lo largo de su vida laboral para que al final estén en igualdad de condiciones con quienes nunca han cotizado, caso de los extranjeros, lo que resulta un tremendo desfase en derechos de la persona.
Artur Mas, el ‘president’ de la Generalitat, ha firmado la muerte de las políticas sociales.
Claro, con todo este batiburrillo ahora resulta que la culpa de todos los males económicos la tienen los parados, que nadie les da trabajo; los jóvenes que no lo encuentran; los jubilados, que no se mueren de una vez; las viudas, que no gastan lo suficiente para llenar las arcas estatales con el IVA; los…
No considero justo pagar la renta mínima de inserción a quienes vienen a nuestro país, la mayoría ilegalmente, sin el mínimo esfuerzo para integrarse en nuestra sociedad y sin cotizar a la Seguridad Social.
El único mérito que tienen, la mayoría de los inmigrantes, es el de rezar y procrear continuamente y vivir del Sistema público.  Habiendo como hay 7 millones de extranjeros y solo cotiza 1 millón…
En fin. La vida sigue, yo también pero alegrándome las pajarillas por tener compañeros de infortunio a líderes políticos del PP.

Publicado en:
"El Pueblo de Ceuta"
"Diario Sur", de Málaga
"Qué", de Barcelona
"Opinión Digital", de Madrid
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