Las
Notas del Quim - Opinión
Quim Sarriá
El día comienza como me gusta. Hoy,
que es domingo, me levanto más tarde, más tarde de lo que pensaba y eso por culpa
de la movida del sábado noche. Un sábado noche bastante movido por los
numerosos conciertos, promovidos por el Ayuntamiento de la ciudad gobernado por
los convergentes de CiU. Con algo han de tapar los diarios escándalos de la
crisis.
Es un día que me gusta porque el
cielo está parcialmente cubierto por unas casi invisibles nubes que más bien parecen
humo de cigarrillos. Con esas simpáticas nubecillas el calor está amortiguado un poco.
Hemos decidido ir a la playa, la
playa que está de unos trescientos a quinientos metros más o menos (creo que
menos) de mi casa. Será cuestión de tomar medidas un día de estos. Nada, es
para asegurarme la próxima vez que escriba sobre la playa y la distancia.
La playa de Mataró es una de esas
playas largas, de arena rubia, que suelen decorar toda la costa de la comarca
del Maresme (pronúnciese Maresma). Es una playa de unos quince kilómetros,
interrumpida en un largo tramo por el puerto deportivo de la ciudad.
Solemos situarnos en la playa del
antiguo varadero, donde aún hay barcas varadas en eterna espera de alguna
reparación. Sus patrones andan, unos en asilos, otros en los bancos de los
parques contemplado las palomas y los que más, ya descansan de sus duras faenas
y sus luchas contra temporales en la casa eterna llamada, por lo común,
cementerio.
El mar sigue azul, como siempre
¿no?, y las olas están de huelga porque también les afectan los recortes de
este Gobierno que nos toca. Nos toca los huevos.
Mi hijo pequeño, ajeno a todo
este ‘pandemonium’ financiero que ensombrece el verano de mala manera y cuyo
jefe es Mariano “Manostijeras” Rajoy
con las brujas y demonios bailando alrededor, anda buscando cangrejos, erizos, lapas,
mejillones y demás bichos marinos amantes de las rocas.
Su padre, que soy yo lógicamente,
se dedica a otear el horizonte en busca de alguna gaviota con intenciones no
confesables.
La tranquilidad de la playa
contrasta con la intranquilidad de la plaza principal de la ciudad. Gente
enfadada, gente con carteles, gente gritando consignas políticas, gente
cagándose en la madre de no sé quién…, el aquelarre gubernativo encuentra por
doquier otros aquelarres, estos de aficionados, con intenciones de que pare de
una vez el baile. El baile del euro.
Regresamos a casa para dar cuenta
de la comida dominical que preparo yo mismo. He pensado hacer una paella de
mariscos y el chaval me pregunta si valen los ‘bichos’ que él ha pìllado en la
playa. Le digo que esos bichos no están para entrar en paellas ni en la casa.
La mamá pondrá el grito en el cielo, por experiencia y porque dejan, los bichos
marinos, un pestazo que asusta hasta a “Diablo”, el conejo neerlandés.
He hecho un parón en la redacción
de este artículo. La comida es más importante que escribir unas cuantas letras,
además soy detallista en cuanto a los horarios.
La paella ha salido bien, más que
bien y con el estómago colocando el cartel de [completo] en el ombligo. Paso al
despacho para proseguir esto.
Cabreado me entero que se está
incendiando el bosque en la comarca del Alto Ampurdán, también hay incendios en
la frontera con Francia, el Portbou y Le Perthus, lugares que visito con
frecuencia cuando busco momentos de relajación.
Entretanto el ministro de
Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón,
adelanta que los seres malformados tienen derecho a la vida y que no será un
supuesto para abortar. ¡Qué retroceso! ¡qué
sadismo!... ¿es que no tiene conciencia de lo que van a sufrir las parturientas
de esos seres?, esos seres que quedaran totalmente indefensos en un mundo cruel
donde quitan hasta las ayudas a la dependencia.
Por otro lado, el peculiar político
sin cartera ni cargo gubernativo, Estebán González Pons, afirma que este país
sabrá reinventarse ¡?!
¿A qué llamará ‘reinventarse’?,
creo de González Pons sueña, desde
su oficina de vicesecretario de Estudios y Programas, con los directivos del
BCE ‘con los que cortará el bacalao’ en el juego de los especuladores sobre la
prima de riesgo a partir del lunes. Olvida González
Pons que los especuladores forman parte de los bancos con poder
internacional, del propio BCE.
Pero he de decir una cosa, en
respuesta a la larga perorata del mencionado vicesecretario: Señor mío, Vd.
anda equivocado al afirmar, entre otras lindezas, que “… España ha hecho lo que
debía y LOS ESPAÑOLES HAN PADECIDO LOS QUE SE LES PEDÍA…”, ¡¡menuda judiada!!
Antes de seguir, pido perdón,
pido perdón a los judíos españoles por el exabrupto que acabo de escribir… no
lo rectifico por cuanto es una definición que consta en el Diccionario de la
RAE y que no tiene nada que ver con el pueblo judío… ¿o sí?, en cuanto los sesudos
miembros que rellenan el libraco de la Real Academia lo tachen… lo tacharé yo.
Bueno, sigo.
Este González Pons se cree que los españoles asumimos el rol hasta del
papel del wáter que utiliza en su flamante, pero anticuado, despacho de la
Oficina de Estudios y Programas. ¡No!, no señor mío… ¿pedirme a mí que padezca
porque tú lo decides?, y una mierda.
Ese eufemismo, que con frecuencia
hacen gala los peperos, hace un tremendo daño a la credibilidad del país. Ni
España ha hecho lo que debía, porque España no es el PP, ni los españoles
estamos padeciendo porque nos los haya pedido… ¡¡nos están jodiendo desde el
primer día que ocuparon las sedes gubernativas, desde La Moncloa hasta esa
Oficina de Estudios y Programas!!
La diputada pepera de Castellón,
cuyo nombre me cuesta escribir, ya lo proclamó: “¡Que se jodan!”
Vuestra funesta Ley de Reforma Laboral
debería ser aplicada a vosotros mismos, señores del Gobierno, y dimitir o ser
despedidos inmediatamente. Antes de que el país se hunda definitivamente, a
causa del encontronazo contra el iceberg, configurado por el mundo especulativo,
y por la aceptación, sumisa, de sus decálogos de cómo gobernar un país con sólo
un euro en depósito. Aparte de mentir continuamente desde “los hilillos de
plastilina”.
Bueno, paro. Paro porque mi olla
casi revienta del fuerte hervor producido por esas noticias conformadas en
diseños de caraduras.
Me ralajaré trabajando en la
maqueta del galeón “San Juan Bautista” a medio hacer y cuya foto os adjunto,
tal como os prometí, queridos e hipotéticos lectores.
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