sábado, 28 de julio de 2012

ESCRITOS DURANTE EL CAMINO (112) – PRIMER DÍA DE VACACIONES


El Blog del Quim
Quim Sarriá

Viernes 27 de julio. El día amanece gris y las vistas desde las tres terrazas ofrecen el mismo panorama: un manto de grises nubes cubre toda la ciudad y más allá. No el más allá espiritual sino el terráqueo.
Siento una gran paz por no encender el PC principal y usar el portátil, cómodamente tumbado en la terraza que da a la calle principal y con un vasito de Jack Daniel’s al alcance de la mano, con la difusa luz diurna permitiéndome visualizar la pantalla con más facilidad, no como otras veces, en que he tenido que abandonar la terraza porque la fuerte iluminación natural me impedía ver la pantalla del portátil.
No salimos a ningún sitio. Estas vacaciones las pasaremos en casa debido a que la situación general no lo aconseja, entre compromisos con sanidad; recortes económicos en la familia; subida de precios imposible de igualar con los ingresos que se obtienen; perspectiva grisácea, como el tiempo, por culpa del IVA que aumentará, en septiembre, los gastos del colegio de mi hijo pequeño…
No sigo para no desanimar a mis hipotéticos y queridos lectores. Tan gris panorama ya es aceptado por la familia porque, como compensación, tenemos la playa a trescientos metros, la montaña a cuatrocientos, los parques infantiles a cincuenta metros y los comercios básicos a tres metros.


Escribiendo de comercios básicos, en la calle donde se ubica mi vivienda, hace tiempo que muchos de ellos han desaparecido aunque siguen los más importantes: dos grandes centros comerciales a la vuelta de la esquina (aunque en locales pequeños y los nombres no los doy porque no me pagan la publicidad); dos panaderías en ambos lados de la puerta de acceso a mi vivienda; dos fruterías, una al lado, regentada por chinos (vecinos puerta con puerta) y la otra enfrente, regentada por moros; seis bares, tres regidos por catalanes, uno por leoneses, uno por chinos y el último por una asesina de señoras mayores que ahora está en la cárcel; cuatro peluquerías (tres de señoras); una pescadería de pescados frescos que llena la calle de fuerte aroma marino caducado; una droguería de gran distribución; una papelería librería; una tienda de animales (que me trae por la calle del cabreo cuando mi hijo insiste en comprar animales peligrosos); un centro sanitario privado (donde me saco el carnet de conducir) y otro de la Seguridad Social (donde me recetan medicinas que nunca tomo); una carnicería de fama regional; cuatro tiendas de modas diversas; dos tiendas de chinos (las de todo a 1 euro); el colegio de mi hijo pequeño; un parque donde suelen concentrarse los jóvenes del botellón; cuatro oficinas bancarias; una tienda de motos y bicicletas; tres o cuatro clínicas dentales (no acudo a ninguna de ellas); un centro de comunicaciones y móviles; tres o cuatro médicos con consulta privada; cinco o seis abogados con bufete propio; dos joyerías-relojerías; dos tiendas de calzados; una tienda de ortopedia y ayudas técnicas a los discapacitados; una tienda de artículos de deportes; otras muchas más… además pronto tendremos El Corte Inglés a cincuenta metros.
Como ven, no nos faltaría nada si nuestro poder adquisitivo no sufriera merma por culpa de Rajoy.
Para colmo de desfachatez, por parte del Gobierno pepero, han aumentado con nocturnidad y alevosía los peajes de las dos autopistas que pasan por Mataró un 7,5%, al que se le sumará, en septiembre, el aumento del IVA. Lo publican en el BOE sin previo aviso.
Aparte, la gasolina seguirá su escalada hacía las nubes mientras el precio del petróleo desciende hasta el ras del suelo. Malísimo asunto si agregamos que 1.737.600 familias enteras están en el paro, que ya suma 5.693.100 parados.
Veremos que  nos depara el próximo mes de agosto, a la vuelta de la esquina, y veremos, asimismo, si podemos disfrutar de las vacaciones sin encontrarnos telarañas en la caja fuerte o en la libreta de ahorros.
En fin, mañana seguiré…

No hay comentarios:

Publicar un comentario

DACA Y TOMA DE RETRACA

Buen día, gente. Primer artículo que escribo en el nuevo año en su comienzo de la segunda década acompañado, como casi siempre, de u...