Buen día, gente:
Que por la madrugada caiga un
chaparrón y al amanecer salga un radiante sol habla mucho de los cambios
climatológicos, cambios que nunca hará el PP a lo largo de toda su existencia.
La política del miedo que
utilizan los peperos, aprovechándose de que están en el Gobierno aunque sea en
funciones, viene a ser como intentos de realizar un lavado de cerebro parecido
al que utilizaba Paul Joseph Goebbels en la Alemania nazi.
Ojo que no llamo ni comparo nazi
a nadie.
Tratar de justificar la
necesidad de un gobierno de gran coalición con el pretexto de que lo contrario
sería beneficioso para ETA y acabaría con el país abandonando el Pacto
Antiyihadista… cuando todos sabemos que ETA dejó de funcionar hace bastantes
años y nadie ha mencionado salir de ese pacto, salvo los peperos, es que están
dorando la píldora del terror para meterla en los cerebros de los ciudadanos
del país.
Como si en una campaña
electoral estuviéramos y la gente apoyaría esa gran coalición que vendría a ser
como una ensalada de vinagreta, queso azul, media bola de canónigos, un pavo
troceado, un puñado de anchoas y cebolla frita…, o sea, todo un despropósito.
Aunque ya sabemos que el PSOE
se está convirtiendo, si es que no se convirtió ya, en una especie de partido
liberal semiconservador, a juzgar por los abrazos y besos que se dan con
Ciudadanos (sucursal camuflada del PP), no creo que se tome en serio la
propuesta de Mariano Rajoy Brey porque sería plantarles una auténtica mierda en
plena cara a sus votantes.
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| Los ministros en funciones 'malos' |
Los ministros en funciones de
Interior, Jorge Fernández Díaz, y de Exteriores, José Manuel García Margallo,
deberían ser inculpados por apología al terror, no digo terrorismo que conste, por
utilizar las armas de difusión masiva como son las declaraciones “un gobierno
de izquierdas con el apoyo del PNV supondría asumir la reivindicación de ETA…”,
el primero, mientras que el titular en funciones de Exteriores advertía a sus homólogos
extranjeros “España podría abandonar la coalición internacional contra el
Estado Islámico…” si Pedro Sánchez Pérez-Castejón gobierna con Podemos.
Qué manía tiene el ministro
del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz (igualito que todos los ministros
de Gobernación franquistas), con abusar continuamente de las estadísticas de
detenciones de etarras y supuestos yihadistas, que trata de aumentar con detenciones
tan arbitrarias como la de los titiriteros, ofreciéndonos una estampa terrorífica
que, supongo, nos haría cagar de miedo si gobiernan otros que no sean los
suyos, los peperos.
El PP está tratando de
utilizar, sin control, alguno su vieja estrategia, típicamente dictatorial, de
vincular a sus contrincantes con la banda terrorista cuando debe saber que los
ciudadanos ya no somos tontos, porque no nos olvidamos que José María Aznar
López excarceló, durante su primer mandato, a 56 miembros de la banda y a 190 presos
etarras los acercó a Euskadi.
Por otro lado, Mariano Rajoy Brey
sigue empeñado en que sus siete millones
de votantes le dan autoridad para seguir siendo presidente,
menospreciando a los diez millones de votantes socialistas y podemistas, que
con el resto de fuerzas políticas suman diecisiete millones e insistiendo en
que con 90 parlamentarios no se puede gobernar, con 123 tampoco, Mariano, ¡Ay, Mariano!
Te pido, Mariano Rajoy Brey,
que no pienses tanto en mantenerte en el Poder, que medites profundamente en la
que te está cayendo (chanchullos, robos, comisiones… en resumen una corrupción
completa) y estás dando que pensar a todos los ciudadanos, incluso a los que te
defienden, que tu apoyo a los que de alguna manera están metidos en el meollo, aquel
“Sé fuerte, Luis”, Rita Barberá (lo que se da, no se quita) y la ex alcaldesa
de Cádiz metidas en algún rincón del Senado y por lo tanto aforadas…, está
patéticamente plantado ahí, ante la vista de todos.
Qué miedo me da el PP, mucho
más que las “Historias para no dormir” de Narciso Ibáñez Serrador, con su
apología al terror.
En fin, la vida sigue y yo
también, tomándome un buen vaso de ‘Jack Daniel’s’ para calmar un poco el
temor.
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