Buen día, gente:
Llevamos unos días con un
tiempo bastante cambiante, como los discursos de los políticos, que a veces me
fastidia porque destroza los planes propuestos.
Planes que incluyen mis
habituales excursiones a los pueblos de Andalucía los fines de semana y que,
tanto el Levante como el Poniente, los posponen casi cada sábado en este mes de
febrero, en el ecuador del invierno.
Rita Maestre Fernández (Madird Ahora) |
Bueno, iremos a escribir sobre
el juicio llevado a cabo contra la portavoz del Ayuntamiento madrileño, Rita
Maestre Fernández (27), que ha vivido una experiencia muy dura por denuncias de
un delito por el que nunca se ha condenado a nadie.
Que la denuncia la hayan
realizado unos colectivos que no han estado presentes en la comisión del
supuesto delito, manifestarse sin camiseta, pero con sostenes, contra una
capilla ubicada dentro de una Universidad no viene contemplada en el Código
Penal, o que está muy mal situado dentro del mismo.
No entiendo la aceptación de
esas denuncias, por parte del Juzgado correspondiente, cuando las únicas
denuncias válidas serían las del propio responsable de la mencionada capilla o
por el Jesús o santo que figure como titular de la misma, eso creo.
Que vengan asociaciones u
otras entidades, cuyos fines son políticos más que otra cosa, es la desfachatez
completa de un sistema que cada vez se parece, y mucho, a aquel sistema de
represión del franquismo.
Preguntamos ¿Para qué denuncian
esas asociaciones de carácter político? ¿Obtienen réditos con sus denuncias?
¿El delito está supuestamente cometido directamente contra ellas?, lo que menos
entiendo es que los juzgados acepten este tipo de demandas.
Tenemos que tener muy en
cuenta que nuestra Constitución dicta en su artículo 16,3 que “Ninguna
confesión tendrá carácter Estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las
creencias religiosas de la sociedad española…”, significa que no está claro que
pueda haber una capilla en una universidad pública ya que también hay que
respetar a quienes no creen en la religión, que para eso estamos en una
democracia, supuestamente porque yo no creo que lo estemos.
La protesta en la capilla universitaria |
Es cruel, egoísta, hipócrita y
tremendamente vergonzosa la actitud de esos grupos que se llaman patriotas y
que forman asociaciones con el único fin de fastidiar a los demás que no
comulguen con sus ideas y, abusando del carácter gratuito de la justicia, para
presentar denuncias contra unos supuestos delitos que realmente no afectan a la
sociedad en general y no la emprendan contra quienes en realidad cometen graves
delitos, como los abusos contra niños, por quienes conforman esa misma sociedad
religiosa. Verdadero asco dan.
Por otro lado deberían ser
conscientes de que unos hechos cometidos cinco o seis años atrás por chicos y
chicas, que por entonces rondarían de los 18 a 22 años, corresponden a una
época en que la libertad de expresión y opinión recién abrían esperanzas de
protestas y manifestaciones de quienes consideraban injusticias y que la
juventud, entonces y ahora, tienen otras maneras de protestar.
Pido a esas personas, que se
creen ofendidas por cualquier cosa y con derecho a denunciarlas, que se
dediquen a pensar, rezando con su respectivo confesor, en cómo ceder sus posibles
fortunas a esa Iglesia que se enriquece cada día más y que no se preocupa por
mitigar el hambre y la pobreza de quienes no consiguen ni un mendrugo de pan,
precisamente por el egoísmo, hipocresía y tacañería de esa misma gente.
Estamos viendo que vivimos en
un país donde la justicia mide con distinto rasero los mismos delitos cometidos
por distintas personas.
Termino afirmando que la
imputación, en este caso, de Rita Maestre Fernández no se debe a su actividad
pública.
En fin, la vida sigue y yo
también, esperando que la lógica impere sobre la sinrazón.
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